Aunque actualmente la primera fuente de ingresos de la provincia de Málaga es el turismo, en la primera mitad del siglo XIX era la segunda potencia industrial y comercial española sólo superada por Barcelona. Esta situación de prosperidad económica, agravada por la crisis ganadera y de las industrias artesanales textiles del interior de Castilla, propician una oleada de emigrantes de la zona de la Rioja, concretamente de la comarca logroñesa de Cameros, hacia Andalucía. A finales del siglo XIX uno de cada cuatro jóvenes cameranos había emigrado a Andalucía. En el Cementerio de San Miguel podemos encontrar hasta 8 panteones pertenecientes a familias provenientes de la comarca riojana de Cameros. Además, algunas de estas familias constituyeron la columna vertebral del desarrollo industrial y comercial de la ciudad, como los Heredia o los Larios, y otras familias, aunque no fueron tan determinantes como los anteriores, sí hicieron una interesante fortuna en las actividades que aquí desarrollaron: Félix Sáenz, creador de los almacenes que llevaban su nombre, los hermanos Simeón y Pantaleón Giménez, que fundaron la empresa Giménez Hermanos dedicada a la distribución y exportación de cereales y frutos secos, los hermanos López Lerdó, empresarios y socios de la familia Larios y, finalmente, la familia que nos ocupa, los hermanos Gómez García.

Juan y José Agustín Gómez García habían nacido en Villanueva de Cameros en 1829 y 1835. Se establecieron en Málaga en 1860 y fundaron la empresa Casa Gómez Hermanos dedicada al comercio textil. Esta empresa se ubicó inicialmente en calle Especerías pero en 1925 se traslada al número 10 de la pujante calle Larios, donde años después sus nietos la convirtieron en la famosa empresa malagueña Almacenes Gómez Raggio.

José Agustín casó con Concepción Mercado Aguirre y uno de sus hijos, José Gómez Mercado, fue Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Málaga en 1930 y presidente del Málaga Club de Fútbol. Uno de sus nietos, Carlos Gómez Raggio fue también un personaje relevante en la ciudad durante la segunda mitad del siglo XX debido a sus cargos de concejal del Ayuntamiento, presidente de la Cámara de la Propiedad, presidente del Real Club Mediterráneo, hermano mayor de la Archicofradía del Paso y la Esperanza y presidente de la Agrupación de Cofradías.

Juan, que fue el primer presidente del Círculo Mercantil en el año 1862, tuvo una hija, Trinidad Gómez Supervielle que casó con Salvador Álvarez Net también relacionado con el comercio textil, propietario de los almacenes Álvarez Fonseca, situados en la calle Nueva hasta que cerraron a principios de los años 80 del pasado siglo. (LCB 2014).