Origen
Málaga fue una de las primeras ciudades en acatar la Real Orden de Carlos III de fecha 3 de agosto de 1784, que versaba sobre los lugares de enterramiento y en 1807 el Ayuntamiento adquirió para la construcción de un cementerio extramuros de la ciudad, la finca de Haza Cabello o del Capitán, con una extensión de 40.000 metros cuadrados situada al norte de la población, en un paraje bien ventilado, cercano al Acueducto de San Telmo y distante unas mil varas de la población. La Junta de Sanidad asumió la dirección de estos trabajos y se inscribiéron los terrenos a nombre del Ayuntamiento (folio 178 del tomo 42 finca nº 233 en primera inscripción).
El día 1 de julio de 1810, aun sin completar todas las instalaciones, tuvo lugar la bendición solemne de los terrenos poniéndose el cementerio bajo la advocación de San Miguel Arcángel. "Príncipe de los espíritus celestiales". Impartió la bendición del acto el Provisor y Vicario general del Obispado, D. Feliciano Molina, asistido por el canónigo D. Diego Benítez. Se celebró el acto en el Convento de Capuchinos donde tuvo lugar la reunión de los invitados presidida por el Gobernador Militar de la plaza, asistiendo el Comandante General francés, los Diputados Regidores y los vocales de la Junta de Gobierno de la ciudad.