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Monumento a los Caidos con el General Torrijos

El monumento

UN MONUMENTO HONRA LA MEMORIA DE LOS COMPAÑEROS QUE FUERON FUSILADOS JUNTO AL GENERAL TORRIJOS.

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En este lugar permanecieron enterrados en una fosa común durante 11 años, 46 de los hombres comandados por el General Torrijos y fusilados con él en la playa de El Bulto.

El 21 de junio de 2014 el Alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, presidió el acto de inauguración del monumento a los compañeros del General Torrijos. Se trata de un monumento sencillo pero cargado de simbolismo, un monolito que indica el lugar donde reposaron en una fosa común los restos de unos hombres que murieron en defensa de las libertades y los derechos constitucionales.

El alcalde realizó una semblanza de lo que significó la figura del General Torrijos y sus compañeros y a continuación, el historiador Esteban Álcántara explicó algunos de los avatares de los héroes que escribieron una página importante de la historia de España.

El acto, que contó con la presencia de una delegación de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831 vestidos de época, finalizó con la colocación de una corona de laurel a los pies de este monolito culminado con una cruz, donde reza la siguiente inscripción:
"Esta cruz señala la fosa que, hasta 1842, albergó los restos de los liberales del general José María Torrijos, sacrificados en Málaga el 11 de diciembre de 1831 por defender la libertad y los derechos constitucionales de los españoles.

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La historia

Los fusilamientos que tuvieron lugar en Málaga en la mañana del 11 de diciembre de 1831 fueron ordenados por el gobierno del rey Fernando VII contra este grupo de liberales partidarios de restablecer el régimen constitucional en nuestro país.

Los cuerpos de los 49 hombres mandados por el General José María de Torrijos quedaron sobre la arena de la playa de San Andrés. Fueron presos comunes los encargados de subir aquellos cadáveres a los carros del servicio de basura de la ciudad para trasladarlos hasta el Cementerio de San Miguel, con la excepción del británico Robert Boyd, que por su condición de anglicano fue enterrado en el recién inaugurado Cementerio Inglés.

Una vez en el Cementerio San Miguel, el destino de aquellos cuerpos fue una fosa común situada a espaldas de la puerta trasera del único patio existente entonces. Allí fueron enterrados cuarenta y seis de ellos, pues los restos del General Torrijos, de Manuel Flores Calderón y el del Teniente Coronel de Artillería Juan López Pinto, recibieron sepultura en la parte izquierda del muro de nichos donde se situaba la puerta principal del camposanto.

Durante 11 años los cuerpos de aquellos hombres permanecieron en esa fosa común hasta que el 10 de diciembre de 1842 fueron exhumados junto con los de Torrijos y López Pinto, permaneciendo en la capilla del Cementerio hasta primera hora de la mañana del día siguiente, 11 de diciembre. En este día, por orden de las nuevas autoridades liberales de Málaga, fueron trasladados con gran solemnidad a su último destino: la cripta del monumento levantado en la Plaza de la Merced.