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Heredia, Manuel Agustín (1786 - 1846)

ultima mah Interior panteón

Nació en Rabanera de Cameros (Logroño) el 4 de mayo de 1786. Llegó huérfano a nuestra ciudad con 15 años de edad. Fue el mayor de cinco hermanos de los dos matrimonios contraídos por su padre Manuel Heredia Fernández. Ya huérfano de madre, viaja a Vélez-Malaga, verdadero paso obligado para el reino de Granada. Allí entra a trabajar en un comercio de ultramarinos regentado por un matrimonio de avanzada edad, cuyo negocio se hundía. El joven Manuel Agustín trabajó con tanto ardor, con tanta pasión y esfuerzo, que al año de estar allí, las pérdidas se habían convertido en ganancias. Quiso el matrimonio retenerles, le ofreció participar en el negocio, pero Manuel Agustín dijo que no. Había aprendido tanto durante aquel año que lo que deseaba era trasladarse a Málaga y encauzar su vida por negociones personales. Cuando llega a Málaga, las tropas napoleónicas todavía se encuentran en la ciudad, mandadas por el General Sebastini. Fue en 1810 cuando la buena estrella del camerano comenzó a brillar, pues habiendo sabido el General Ballesteros los buenos servicios que a la causa nacional había prestado, le fue concedida la explotación de los grafitos de Ojén, comienzo de un imperio industrial y económico que cambió el signo, tradicionalmente primario, de la industria de Málaga. Su carrera fue rápida: importa mercancías, funda grandes industrias de tejidos y de azúcar; crea los primeros Altos Hornos de España en terrenos de La Campana y El Ángel, cerca de Río Verde, en Marbella, establece almonas para la fabricación de jabones; compra viñedos y funda su propia bodega; edifica viviendas y llega a tener 400 barcos navegando por todos los mares.
Era tal su fortuna que llegó incluso a prestar dinero al Rey y consiguió finalmente entrar en la sociedad malagueña por la puerta grande, al casarse con Isabel Livermore, emparentando con el marqués de Salamanca y Estébanez Calderón, casados con sendas hermanas de su mujer. Para recreo de su familia, edifica su Casa-Palacio San José; poco después en su proximidad, su hija construirá La Concepción. En 1812 importaba a España tabaco de América, al tiempo que se dedicaba, previo contrato con el gobierno, a abastecer los presidios de África e iniciaba su primera experiencia industrial, la fabricación de azúcar, desde 1816 a 1823. En 1826 creó en Marbella una Industria Metalúrgica que fue base de la posterior en Málaga. Abrió línea regular, con barcos de su propiedad, entre Malaga y Nueva York. Hacia 1825, era uno de los más grandes capitalistas de Malaga. En 1833 construyó, en las playas de San Andrés, la fábrica La Constancia. Creo también la fundición el Martinete, en la que trabajaron muchos gitanos andaluces. Una vez, necesitando que sus gitanos aprendieran los rudimentos de la laminación tuvo necesidad de enviar a un grupo de ellos a Inglaterra. Como los gitanos no tenían papeles Heredia lo resolvió dándoles su propio apellido. El nombre de martinete que recibe un palo flamenco que recuerda los golpes de fragua, viene precisamente de la de ese nombre creada por él. En Marbella se fundía el hierro, trasladándolo por mar a Málaga, y en dicha fábrica, se afinaba y forjaba para convertirlo en hierro dulce. Participó en otros muchos negocios, hizo préstamos, exportó frutos y otras mercancías en barcos de su flota; fomentó y fue el primer accionista de las sociedades de Seguros Marítimos Unión Malagueña (1838) y de Seguros Mutuos contra Incendios  (1840); creó la Sociedad de Vapores de Málaga (1845) que cubría la línea Cádiz-Marsella; abrió una  fábrica de productos químicos, etc. 1846 fue nombrado Senador por la reina Isabel II. Falleció el 14 de agosto de 1846 y sus restos descansan en el panteón que con posterioridad a su muerte se erigió en su memoria en este Cementerio.